Durante los últimos años, el ámbito de la arquitectura y de la construcción ha ido avanzando hasta explorar nuevas fórmulas con las que proporcionar un extra de sostenibilidad a la naturaleza de este sector. Entre todas las soluciones que han ido surgiendo, son las casas pasivas uno de los recursos que ha acaparado una gran atención.

Este tipo de recursos surgen para lidiar contra la problemática relacionada con el consumo de energía y la contaminación atmosférica. Entre los denominadores comunes que podemos encontrar en este tipo de elementos, se encuentra lo relacionado con su construcción de acuerdo con una serie de elementos pasivos: aislamiento, hermeticidad, ventilación… que apuestan por mantener un menor consumo energético. Al mismo tiempo que proporcionan un extra de confort.

Sin necesidad de contar con una fuente de energía

Entre las características principales que diferencian a este tipo de casas frente a otras de carácter tradicional, se encuentra lo relacionado con la ausencia de la necesidad de contar con una fuente de energía para cubrir sus necesidades energéticas. Al mismo tiempo, mantienen un elevado confort y una optimización de todos los recursos disponibles. Muy por encima a lo que podríamos llegar a encontrar en cualquier otra vivienda.

Pese a que inicialmente pueden parecer una innovación en el sector de la construcción, la realidad es que para conocer su historia conviene remontarse varias décadas atrás. Fue en la década de los 80 cuando una corriente arquitectónica comenzó a explorar este tipo de soluciones. Su origen lo podemos encontrar en Alemania, lanzando el estándar Passivhaus.

Un 90% menos de energía

Todas las casas que se construyen bajo este estándar cuentan con la particularidad de que son capaces de consumir hasta un 90% menos de energía que una casa tradicional. En comparación con los hogares de nueva construcción, ofrecen una reducción de hasta un 75% menos. Con la reducción del impacto en el medio ambiente que ello puede llegar a alcanzar.

No obstante, esta corriente afirma que su objetivo es lograr la construcción de viviendas con un consumo de energía nulo. Por lo que todavía queda un largo camino por recorrer.

Sus características principales

Con el objetivo de poder optimizar todos los recursos existentes a través de este tipo de técnicas, se consigue un mayor aprovechamiento de la luz natural de la luz solar. Con el objetivo de mantenerse independientes de las fuentes de energía.

Al mismo tiempo, también proporcionan un gran aislamiento, otro de sus principales objetivos. Para conseguirlo, se trabaja para impedir la rotura de puentes térmicos que provocan la pérdida de las fugas de calor.

Por último, es importante conocer que disponen de una serie de sistemas de ventilación que permiten llevar a cabo la renovación del aire interior de la vivienda sin tener que abrir las ventanas.

Las casa pasivas se han consolidado como una tendencia cada vez más en auge. Su funcionalidad, unido a su respeto por el medio ambiente, han consolidado a esta opción como uno de los mejores recursos por los que podemos decantarnos.